Pese a las fuertes sanciones impuestas a Moscú por parte de la Unión Europea, Rusia sigue teniendo la mayor parte del dominio energético del continente. Si bien es cierto que las importaciones de gas vía gasoducto han disminuido de forma drástica, el GNL se está convirtiendo en imprescindible para asegurar el abastecimiento este invierno y el próximo y, en este sentido, Putin sigue teniendo el dominio del sector.

Rusia sigue situada como la cuarta potencia mundial exportadora de GNL, por detrás de Qatar, Australia y EEUU; cuyas ventas se espera que alcancen récord este 2022 y el 80% de las cuales irán destinadas a los mismos países occidentales que le han impuesto las sanciones.

A pesar de tener la voluntad moral de dejar de depender del Kremlin, Europa se ve empujada a seguir comprando gas ruso si, como hemos comentado en otras ocasiones, se quiere asegurar que las reservas de gas se puedan llenar de caras en invierno de 2023.

En este sentido, habrá que ver cómo afecta la posible intervención del mercado por parte de los ministros de energía europeos, que se han emplazado la próxima semana para volver a poner sobre la mesa la posibilidad de aplicar un tope al precio del gas.