Un año después del inicio de la guerra en Ucrania, la Unión Europea da por superada la crisis energética de este invierno

En la reunión informal que mantuvieron los ministros de energía y transportes de la UE en Estocolmo, la comisaria Kadri Simson confirmó que, pese a las amenazas iniciales de Rusia, los países miembros llegaron a reducir la demanda de gas en un 15 % tal y como se había acordado y el aumento de importaciones de GNL provenientes de Noruega y Estados Unidos han logrado reducir la dependencia fósil de Rusia, haciendo que ya no sea este país el principal proveedor de gas del continente.

Superada la primera sacudida, el reto es garantizar el suministro de gas para el próximo invierno. La reducción de la demanda sigue siendo primordial y, aunque los niveles de reservas hoy por hoy son óptimos, hay que conseguir rellenar los almacenamientos de gas a un precio rentable a fin de evitar precios de gas y electricidad extremos como los que vimos meses atrás.

La posible reforma del mercado eléctrico europeo para impulsar la independencia energética y la protección de los consumidores también tuvo un importante papel en la reunión. La Comisión Europea cerró hace dos semanas la consulta pública y se prevé que se presente una propuesta a mediados de marzo.